El árbol: símbolo y recurso literario para expresar sentimientos

 

              "El árbol...

         ...lugar de oración, muerte, consagración, iniciación, cobijo de meigas y brujas, magos, gnomos... y, al fin y al cabo, sitio para aprender y enseñar".

 
   Vamos a leer lo que opinan algunos escritores sobre los árboles:

   “Los árboles tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos. Pero cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquiere una alegría sin precedentes. Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que los que es”.

(Herman Hesse, El viandante)

“Los viejos, los niños y los árboles son nuestros maestros naturales. La pérdida de esta relación con ellos ha conllevado un profundo desarraigo y desconcierto. La juventud, está desorientada, dicen, y es cierto, pero los hombres en cuyas manos está hoy el mundo parecen pertenecer a otro planeta. Es imprescindible recuperar el vínculo con nuestros ancianos sabios y devolver esta amistad a los niños.

   No es suficiente con plantar diez, cien, mil o un millón de árboles; el árbol debe crecer en todos los terrenos y sobre todo hacerlo arraigar en la tierra fértil que es la imaginación del niño: enseñándole los secretos del árbol y sus querencias, hablándole de su función en nuestra casa y Madre, la tierra; contándole historias de árboles y gentes que vivieron felices bajo los árboles, trepando ramas en su compañía y desgranando los misterios del Bosque y de sus habitantes.”

 (Ignacio Abellá, La Magia de los árboles)

   Hay muchos escritores y poetas que, a través de los árboles, nos expresan sus sentimientos:

  En la poesía de Antonio Machado "A un olmo seco", el poeta habla a un olmo viejo.

   Describe la situación de este olmo viejo, medio podrido, roto por un rayo, lleno de hormigas y arañas..., que lo derribará un leñador y lo convertirán en distintas cosas, pero que, antes de todo, hay una esperanza y renace en una rama que tiene hojas verdes.

 

  "A un olmo seco" es un canto a la esperanza, que podemos comparar con la visión que tiene el poeta del destino del hombre. Es optimista y positivo pero, a la vez, triste y preocupado por un presente que se desmorona ante sus ojos a marchas forzadas.

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