Historia del Flamenco

 

Orígenes del Flamenco            

 

Sobre sus orígenes o influencias no existen datos concretos. El único dato conocido, por transmisión oral, es que se trata de un arte muy antiguo y que encuentra su cuna en Andalucía, en la rivera del Guadalquivir.

Curiosamente a las orillas de este río, es donde se sitúa a la más antigua civilización Ibérica, la de los
Tartesos. Según fuentes históricas, gozaban de una muy alta cultura y eran muy aficionados a la música y al baile (aunque hoy no conocemos cómo eran su música o su baile).

Otra base sobre la que no cabe duda, es que en el Flamenco encontramos numerosas influencias de culturas muy diversas. Esto no es una sorpresa cuando sabemos que por esta tierra pasaron varias civilizaciones y culturas:
Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, judíos, árabes, godos y gitanos que, durante siglos, se han ido asentado en esta tierra, y con seguridad estas influencias han sido absorbidas en la música y en el baile.

 De la
época romana, encontramos reseñas escritas sobre las Puellae Gaditanae,  bailarinas jóvenes procedentes de Gades (la colonia que fundaron los fenicios en el territorio de la que hoy es Cádiz). Estas bailarinas, que formaban compañía con músicos, llegaron a ser muy apreciadas en la aristocracia y alta burguesía romana, que las contrataban como punto álgido de sus fiestas privadas o para espectáculos públicos. Curioso es, que en los relieves, aparecen las Puellae Gaditanae con castañuelas y con posiciones de pies y de brazos idénticas a las del flamenco actual. Quizás se trate sólo de una coincidencia, o que este modo de bailar era común a toda la cuenca del Mediterráneo, y hoy lo conocemos sólo del Flamenco.

Otras teorías apuntan que la Seguiriya, la Saeta y el Fandango encuentran su cuna en la liturgia semita. Estos son datos que hoy no podemos comprobar, sin embargo los parecidos son evidentes, como también lo oímos en otros palos, donde los acordes nos recuerdan a los alegres ritmos
judíos.

Otra influencia es la que se remonta a la Edad Media, en la época de la España musulmana: La
música Andalusí, resultante de la fusión de la musulmana procedente del norte de África, con la cristiana y judía, ya existentes en la península. La Granaína con su indiscutibile origen moruno, o la Zambra, que es un vocablo que originalmente designaba las antiguas reuniones de músicos andalusíes, son claros exponentes de esta influencia.

La influencia
gitana la encontramos tanto en el baile como en la música. Algunos caracteres del baile son muy similares a los de las regiones asiáticas de las que proceden los gitanos.

Y de este modo podríamos seguir aventurándonos a apuntar las variadas influencias u orígenes. Pero en cualquier caso, lo que es evidente, es que el flamenco durante su larga historia ha absorbido las más variadas influencias, y que es tan puro como mestizo.

 

Evolución del Flamenco a partir de 1765

Haciendo un recorrido en la evolución del flamenco tal como lo conocemos hoy día, ya documentado y tratado profesionalmente, podemos comenzar por una época mucho más reciente:

* Entre 1765 y 1860:

En esta época encontramos tres focos de importancia que crearían escuela: Cádiz, Jerez de la Frontera, y el barrio de Triana, en Sevilla. A partir de esta época el baile flamenco empieza a tener un sitio entre los bailes españoles que se desarrollan en las escuelas, representándose frecuentemente en patios, ventas y salones privados cuando se celebraban fiestas.

En lo que se refiere a la guitarra, al principio no solía acompañar al cante, que normalmente se realizaba a palo seco, sin más acompañamiento que el toque de palmas.


* Entre 1860 y 1910:

Época llamada "La Edad de Oro del Flamenco". En esta época florecen los cafés cantantes, desarrollando el flamenco todas sus facetas: la instrumental, la de cante y la de baile. El baile adquiere un esplendor sin precedentes, siendo éste el mayor atractivo para el público de estos cafés cantantes y se da un gran impulso a la guitarra, como complemento fundamental e indispensable para el cante y para el baile.

* Entre 1910 y 1955:

Llamada etapa de la Ópera Flamenca donde mandan los cantes más ligeros como los fandangos y cantes de ida y vuelta (de influencia sudamericana, que trajeron los cantaores que habían sido emigrantes en Latinoamérica).

Este camino nuevo que había tomado el flamenco no gusta a todo el mundo y en 1922 un grupo de intelectuales, como Falla y otros artistas de la Generación del 27 crean en Granada un Concurso, con la finalidad de buscar nuevos valores que cultiven el cante jondo auténtico.

A partir de 1915, se produce un ciclo de baile teatral de excepcional calidad, llevando el baile español y flamenco por todos los escenarios del mundo.

* A partir de 1955 nos encontramos con un Renacimiento del Flamenco, siendo Antonio Mairena su figura principal.

El baile en esta época se desarrolla en los tablaos, que son los herederos de los cafés cantantes anteriores, contando con verdaderas personalidades del baile, que alternan sus actuaciones no sólo en los tablaos, sino en teatros, festivales y otros escenarios.

Los guitarristas, acompañando al cante y al baile adquieren un mayor protagonismo, alcanzando este arte su madurez. El guitarrista es actualmente no sólo acompañamiento, sino solista. Paco de Lucía marca el inicio de una nueva etapa de esplendor sin precedentes, dando a la guitarra una dimensión universal. Junto a él habría que citar a otros verdaderos virtuosos de este instrumento, como Manuel Cano, Víctor Monge Serranito y Manolo Sanlúcar.

 

El Flamenco hoy

El flamenco sigue evolucionando para convertirse en universal.

De un lado notamos nuevas tendencias de mestizaje con otros estilos musicales de la mano de algunos artistas. En este punto hay bastante polémica; entre los defensores de la conservación de la ortodoxia flamenca (como ya en su día lo hiciera Falla y que sirvió para conservar tan valioso patrimonio), y otros más interesados en su evolución y su permeabilidad.

De otro lado, importantes artistas han llevado el Flamenco por los cinco continentes. Por ello ya no podemos afirmar que el Flamenco es una manifestación artística exclusivamente de Andalucía, pudiendo hoy asistir a espectáculos del más auténtico purismo y clasicismo flamenco interpretados por una bailaora japonesa o un guitarrista italiano, ante el respeto de un gran público de entendidos, al mismo tiempo que los más grandes artistas andaluces llevan el flamenco a importantes escenarios en todo el mundo.

Naturalmente sigue siendo Andalucía la capital del flamenco, donde más concentrado se encuentra y donde con más frecuencia se puede disfrutar este arte en su más pura manifestación.